El gran reto a alcanzar en la actualidad es la construcción sostenible.

En particular, la construcción sostenible supone un compromiso con nuestro entorno ambiental e implica:

construccion sostenible

  • un consumo energético medido y justificado y la utilización de energías renovables,
  • utilización de recursos reciclables y renovables en la construcción,
  • la conservación y reutilización de recursos y la creación de entornos construidos que sean ambientalmente saludables.
  • realizar una valoración especial del impacto ambiental que pueda ocasionar la aplicación de determinados materiales de construcción,
  • prevención de residuos y de emisiones,

Así pues, la construcción sostenible promueve la fabricación de productos y sistemas de edificación para reducir los efectos ambientales adversos y mejorar la calidad de vida

Pero, ¿qué es la Construcción Sostenible?

No podemos hablar de construcción sostenible sin hablar de: utilización de materiales naturales y transpirables; ahorro energético, sol y la utilización de energías renovables; salud y la ecología del lugar; minimización de la contaminación electromagnética; reciclaje y gestión racional del agua; utilización de tipologías adaptadas a la zona; utilización de barreras fónicas y materiales aislantes naturales; y que produzca un bajo coste económico y social.

Así pues, la madera es uno de los materiales más destacados en la construcción de casas. Se utiliza con el mínimo de impacto medioambiental siempre que esté bien administrada y proviene de una zona forestal con la garantía FSC. Hay que tener en cuenta que la madera tiene un efecto muy positivo sobre la calidad del aire, con su atributo de poro abierto ya que regula la humedad y compensa por fluctuaciones en temperatura, además de convertir el dióxido de carbono. Es económico construir una casa con una estructura de madera y los materiales son bastante fáciles de utilizar en el proceso de construcción.

Existe una leyenda alrededor de que los materiales de bioconstrucción son mucho más caros pero no es así necesariamente. De hecho, pueden llegar a ser más económicos. Por ejemplo, los sistemas constructivos integrados  utilizan materiales de bioconstrucción de mayor calidad y la mayoría de las veces se reduce las horas de mano de obra y se disminuye el desperdicio de material.

La inversión en una vivienda construida con criterios bioconstructivos se amortigua en un plazo razonable ya que tiende a optimizar los recursos energéticos en su construcción, conservación y mantenimiento. Al utilizar materiales naturales y energías renovables en su funcionamiento disminuye el consumo energético. Con el paso de los años la vivienda incrementa su valor en mayor medida que una construcción realizada de forma convencional.

El propósito es modificar o alterar el habitat lo menos posible, utilizando las técnicas constructivas y materiales más propias para el sitio de ubicación.

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